(Auto)biografía(s)

Era 30 de enero de 1987. Frío. Barrio de Salamanca.

Explosiones. Los paritorios vuelan. Atentado. Horas más tarde, Clara nace en la única camilla que conserva tres patas. La última de cuatro se la ha llevado un ladrón de hospitales. De esos que roban camillas y batas los días en que los paritorios de El Rosario vuelan.


[Juan Ramón Lucas anunció su nacimiento a toda España. No es una licencia literaria]

Ocho años más tarde, Clara está sola, en un sofá, frente al televisor, mirando atenta el video de su parto.  Ahora, las explosiones van por dentro.

Era 31 de mayo de 1987. Feria del Libro de Madrid. Madre y Padre pasean entre los puestos. Novelas, ensayos, antologías poéticas. Madre come fresas. Como todos los días desde que se quedó embarazada.

[Por eso Loreto no soporta las fresas]

A la mañana siguiente, Madre corre por el pasillo de un hospital gritando que se me sale, que se me sale. Cuando por fin nace, le dicen que tiene que esperar hasta los ocho años, por lo menos, para leer los libros de mayores. Fuck, pensó en inglés, pues era ya muy cosmopolita. Y se quedó dormida hasta que, con nueve años, le dejaron entrar en la sala de adultos de la biblioteca.

Navidades de 1995. Una secta compra la escuela de Clara y, a la vuelta de las vacaciones, unos curas la saludan y le recomiendan dormir con un cuchillo debajo de la almohada para espantar al diablo. Clara cambia de escuela..

En Colegio hay muchos niños expectantes, porque han repartido a los alumnos de la secta por diferentes centros de Municipio. En tercero de Primaria hay tres nuevos; entre ellos: Clara. Timbre. Recreo. Los niños preparan todas las preguntas que le quieren hacer. Pero Clara sale corriendo. Corre mucho. Loreto piensa. Corre mucho. Pero yo soy más rápida. Loreto piensa. Así que corre detrás

Por qué corres.
Busco la salida.
Hay una puerta secreta en el segundo pasillo a la izquierda. Aula 23. 

Cogimos la salida de emergencia y nunca más volvimos al mismo lugar.