viernes, 16 de abril de 2010

Calores "adolescentes"


"Meet me in the bathroom"

That's what she said
I don't mind...it's true.



Los museos ejercen una magia especial sobre la gente. Distinta en cada caso. A mi, los museos, me crean una sensación rara en los dedos. Las yemas me empiezan a hormiguear. Las obras, esculturas, cuadros, son un potente imán que las atrae peligrosamente. Necesito sentir la obra hasta ese punto.

Pero mi caso no es el general. Y, como muestra, un botón. Nuestra oficina, como ya hemos dicho, es un "invernadero" en el último piso, al fondo de todas las salas, al otro lado del teatro. Tenemos una gran puerta que da a las escaleras, a la cocina y al baño de staff. Hace unos días, Fran quería ir al baño. Lo intentó tres veces pero la puerta permanecía cerrada. Raro. Volvió para mirar otras 3 veces. Raro. Puede haberle pasado algo a alguien dentro. Falta gente de la oficina (esto se va pareciendo peligrosamente a una obra de Agatha Christie) ¿quién será?. Espera fuera un momento y acerca la cabeza a la puerta. Ajá. Gemidos. Suspiros. Golpecitos. Ráfagas entrecortadas. Sí, ahora se parece a una novela de la edulcorada Rosamunde Pilcher (todo queda en territorio británico). La intriga nos corroe. Por mi cabeza pasan las combinaciones de personas (y no personas) más bizarras posibles.

La puerta se abre. No. No era mi jefa. No era mi compañero inglés. No era la chica griega de detrás. No eran trabajadores del museo. A través del humo de la expectación...Hacen su aparición una pareja de ancianitos de unos...¿70 años? peinándose y colocándose la ropa, con la cara del color de las cerezas. Bravo por ellos. Habrán dejado sin baño a toda una oficina durante media hora, pero qué es eso en comparación con la pasión desenfrenada que provocan los museos. Ya no sé si quiero la magia que profieren a las yemas de mis dedos o la de los ancianitos decrépitos.

Cambiando de tema, es el cumpleaños de una compañera de trabajo y nos ha invitado a una fiesta de disfraces en un pub. El tema escogido es: "disfrázate de la canción que fue Nº1 en las listas británicas el año que tú naciste". ¡Es un tema genial!, pensais. Pensamos. Miras las listas. Te esperas que, al haber nacido tú ese año, te mereces como mínimo un David Bowie o un Joy Division en condiciones. No. La Bamba. Sí, sí. La Bamba. Merde.

Para bailar la bamba
Para bailar la bamba se necesita una poca de gracia
Una poca de gracia pa mi pa ti
Ay y arriba y arriba
Y arriba y arriba y arriba ire
Yo no soy marinero
Yo no soy marinero, soy capitan

1 comentarios:

Liar Nymphet dijo...

JAJAJAJAJA entre los calores de los ancianitos y ese final espectacular con la Bamba como número uno de las listas británicas...me declaro FAN oficial de este blog señoras londinenses :)

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